Estoy tenue
corroída,
me he vuelto un campo,
me tiembla la sonrisa en terremotos
(quizás son plantas que despiertan.)
No se si eche raíces o zapatos
si son mis piernas buscando tierra
o si son mis labios.
Si son los pasos de mis dedos
buscando llaves en la cartera
o buscando el maquillaje,
buscando algún cambio,
una foto roída,
un poco de color para mis ojeras,
alguna moneda extranjera
que ya no sea tan sutilmente gris,
que ya no sea útil.
Meto las manos y solo encuentro nidos vacíos
cascarones que ya huyeron,
recibos,
entregas,
palabras que crecieron alas.
(algunas
que le faltaron a los diccionarios
y que ahora parecen
pájaros asustados)
Me sobra tanto,
el tiempo,
los retratos,
los trajes, hago
cuanta cosa con flores
ninguna la suponen los jarrones,
ninguna me sirve.
Me hago al modelo de otro cuerpo,
a las ganas de encontrar el mío.
La culpa es de tener tijeras
y tener un jardín cercano,
de quererme vestir de naranja
cuando ya marchito.
-Nore
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