lunes, 31 de marzo de 2008

Shame, pains.



Hay un espectro de voces
en mi almohada
barriendo al despertar.

Un rastro de colores
lamentándose
por los restos de botellas vacías
palpadas con cada esquina
palpitante
de mi boca.

Me arropa el hedor burbujeante
de sus abrazos rubios,
hoy un aspecto de roces
en mi ahogados.

Corridos los labios sobre el lápiz
un rostro corroído
recordándose
borrosa
al desespero
de esperar.
N.